En antiguas zonas bajas y de pantanos se construyó en el siglo diecienueve este Paseo Alameda, frente a la bahía de Santiago de Cuba.
Su nombre se debe al gran befactor alemán de la ciudad, Don German Michaelsen, aunque los santiagueros suelen decirle al lugar familiarmente La Alameda.
Tuvo Arcos de Bienvenido, que ya no existen.
Remodelaciones en 1893 y 1929.
La imagen actual se debe al alcalde Luis Casero Guillén (1951) y a la reparación en fechas recientes a la Oficina del Conservador de la Ciudad.
Cerca están los bustos de Clara Barton, Michaelsen, Martí y Lorraine.
Elegante pavimento, fuentes decorativas, mobiliario amplio y separado.
Lugar preferido por los santiagueros para la conversación íntima, la plática amistosa y tomar la brisa marina.
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